El primer artículo que escribí sobre el doctorado fue en el 2011. Sin embargo esta historia iniciaba en el 2004. Me gradué de publicista en el 2003 y en el 2005 mientras trabajaba en JBQ, inicié con mis estudios de maestría. Durante ese momento tenía una persona muy cercana a mí que había estudiado en el exterior y que me ayudó mucho a entender el tema de aplicaciones, universidades y becas.
Pasé todo el 2004 y 2005 con este tema. Estudié e hice el Toefl y el GRE. Quería estudiar en Estados Unidos. Apliqué a varias universidades y participé en la beca de la OEA. Según la secretaría de la Casa Amarilla, mis papeles llegaron a Washington, y de ahí nunca supe más nada.
Fue un duelo, no solo por la inversión de dinero sino de energía y tiempo.
Ya cuando me daba por vencida, me llegó un correo del postgrado de la Universidad de Costa Rica con la información de la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe.
Fue un milagro.
Me contacté con universidades en Paraguay, Argentina y Brasil.
Unas semanas después, me contestó un correo, una chica, Vanina, de la Universidad Nacional de Córdoba. A los días, recibí la carta de aceptación de la universidad y rápidamente la carta de la beca donde me indicaba que me iba en Febrero del 2006.
¿Cómo llegué a Córdoba? Todavía no lo sé, es una casualidad, la verdad no sabía que existía esa ciudad. No sabía nada. Para mí, Argentina era Buenos Aires. Podría decirse que estudié en Argentina por casualidad, pero ahora estoy segura que no, era parte del plan, solo que no lo sabía. Lo que sí sabía y tenía claro era que quería viajar, estudiar y aprender en otro país.
¿Qué aprendí de esta experiencia?
1. No se es tan joven o tan viejo para lograr lo que uno quiere: Ahora que lo veo en retrospectiva era muy joven para estar cursando una maestría y decidir continuar mis estudios en otro país. Por suerte en ese momento no pensé en eso y tome acción. No me dejé guiar por mi edad sino por sueños.
2. Hay que dedicarle tiempo a las cosas: En el caso del tema de universidades, becas, exámenes, etc, conlleva tiempo. Horas invertidas en trámites, en correos, en estudiar y en investigar.
3. Cuando uno hace algo tratar de hacerlo con amor: Muchas veces hacemos las cosas porque tenemos que hacerlas o porque nos dejamos guiar por lo que nos dicen nuestras amistades o nuestra familia. O hasta las personas con que trabajamos. Sea cual sea lo que uno quiere hacer hay que sumergirse en ello. Y yo hice eso en el 2006. Tanto que me enamoré de esa ciudad.