Trabajar de manera independiente tiene esa motivación, un tanto idílica, de que manejaremos el tiempo a nuestro antojo, pero en rigor de lo que en verdad me ha tocado experimentar, si no somos estrictos y organizados rápidamente el tiempo termina manejándonos a nosotros.
Al no tener una oficina ni un horario fijo, la barrera física entre la vida personal y el trabajo desaparece. Al no tener un solo jefe, ni un solo proyecto, las solicitudes, necesidades y los deadlines se multiplican caóticamente.
Afortunadamente hay muchas herramientas disponibles para apoyar la organización de nuestras tareas o la coordinación con nuestros partners, clientes y compañeros de trabajo. Estas son las que yo utilizo, pero hay muchas otras.
Tedeux es literalmente la clásica agenda de toda la vida pero en digital. Un almanaque donde puedes añadir notas de los eventos, acontecimientos, reuniones, entregas que ameritan prioridad y no pueden descuidarse. En mi caso, Tedeux no es territorio estrictamente de trabajo, incluye viajes, cursos, un retiro de yoga y otros acontecimientos de la vida familiar son registrados allí para tener una big picture de mi carga de actividades y disponibilidad.
Teamwork es un administrador de proyectos, es la oficina metida en el mundo digital, con múltiples posibilidades que van desde el chat hasta la creación de proyectos con asignación de plazos, roles y distintos grados de visibilidad a sus participantes. Es completa y con un interfaz muy amigable. He usado Basecamp, pero personalmente Teamwork me ha resultado mejor.
17hats.com es una plataforma multifuncional con orientación a generar networking, que además tiene un cotizador, principal razón lo la que la uso. El cotizador es útil y muy profesional, me permite estandarizar el formato de mis cotizaciones y además formalizar las aprobaciones en línea.
Comento estas herramientas porque realmente me han permitido aprovechar el valor de lo digital, el telerabajo y la administración de los proyectos vía Internet. Personalmente me han ayudado, no sólo a mejorar mi trabajo sino a maximizar el tiempo y poder tener tiempo de calidad con mi familia, ya que soy mamá y profesional.
Por ejemplo, sé que cada día debo terminar de trabajar a las 430 p.m., pues a esa hora debo ir a recoger a Julia. De modo que mis horas de trabajo son en realidad menos de lo normal, y por eso deben ser más productivas.
Además, estas aplicaciones me permiten cierta movilidad al poder revisar cotizaciones, agendar reuniones, monitorear y trabajar con mi equipo desde mi celular, ya sea que esté saliendo de una reunión, haciendo un trámite, en el supermercado o jugando un momento con mi hija Julia.
Sólo vos conocés tus tiempos
Además de las herramientas disponibles, hay una dimensión propia de nuestro tiempo, nuestro bio ritmo o tiempo biológico que nos indica cuáles son nuestros mejores momentos para el trabajo. Es importante conocerse en este aspecto, para organizar la dinámica de trabajo.
En mi caso la mañana es el momento más productivo, así que trato de no agendar reuniones de estatus en la mañana. Dejo la mañana para producción creativa y revisión de proyectos o sesiones de coaching. En la medida en que pueda hacerlo, también intento ir al gimnasio, nadar o hacer deporte durante la mañana.
Para la tarde dejo las calls, las reuniones presenciales o los cursos de la universidad. Son eventos que nos demandan menos nivel de concentración, más escucha e intercambio de opiniones, en definitiva estar más relajados y abiertos al intercambio de ideas y opiniones.
A veces aprovecho un rato más después de la cena para revisar pendientes o cosas del día siguiente, pero en general trato de no hacerlo, pues es el único momento, además de muy temprano en la mañana, en que todos los integrantes de la familia están en la casa.
Los días de la semana también pueden separarse. El lunes es un día luminoso y cargado de energía para mí, así que intento no salir y no reunirme para estar en la oficina, producir lo más que pueda para que el equipo de diseño, creadores de contenido, fotógrafos puedan avanzar el resto de la semana.
En un rango óptimo de distribución de actividades, me gusta poder ir bajando la intensidad el viernes. Es la antesala al fin de semana. Esto no implica desconectarse, pero sí ocuparse de tareas más amenas y relajadas, no dejar temas o negociaciones cruciales para este día es una buena práctica para mí.