Nunca me han gustado los cambios, de hecho trabajar de 8 a 5 me daba cierta seguridad por ese temor que tenía ante el cambio. En estos 10 años de emprender les confieso que he tenido muchos miedos y muchos cambios.
Cuando emprendés solo, sin ayuda, nadie te enseña a entender que los clientes se van y vienen. Yo empecé a emprender con menos de 30 años, y me faltaba madurar muchas habilidades blandas y destrezas emocionales. Por mucho tiempo fui reactiva ante el cambio.
Sin embargo en estos últimos años, he crecido profesional y personalmente a medida que fui desarrollando mi negocio, y ante los cambios, he dejado de tomarlos de manera personal y lograr fluir y aprender de ellos.
Y si bien amo hacer deporte en general, como nadar, hacer spinning o caminar, hacer yoga me enseñó a respirar, hacer una pausa para tomar mejores decisiones a la hora de contestar un correo, cerrar un proyecto o concluir una relación comercial.
Y justamente hoy vivimos tiempos complejos y de grandes cambios, no cabe duda. La pandemia vino a replantear todos nuestras costumbres y hábitos, nuestras dinámicas laborales. El Yoga me parece hoy una herramienta fundamental para fluir en las nuevas formas de trabajar y hacer negocios.
Hace años, una amiga del colegio me recomendó a Nango Murray y empecé a hacer YOGA con ella. También hice retiros espirituales. Con ella aprendí muchos sobre la historia, la práctica y la teoría del yoga, también sobre la disciplina de regresar al MAT, aunque 5 minutos antes se me haya ido un cliente o algo haya salido mal en el día.
Es en el mat donde dejamos todo, nos reconectamos con nosotros, con nuestra esencia, nuestro espíritu, nuestra persona. Ahí ya no soy emprendedora, ni manejo un equipo de trabajo, ni gestiono el presupuesto de un cliente.
Esto ha hecho que mejore mi práctica de meditación, con persona que me gustan como Tara Brach o Fernanda Peñarrieta. Pero siempre mi prioridad es regresar al mat. Hoy tan importante cuando tenemos que hacerlo de otra manera.
Esto me llevó a asumir un nuevo reto, pero esta vez con alguien más, mi marido, y hasta aveces mi hija de 4 años, hacemos cada día 30 minutos de yoga con las clases de YOGA WITH ADRIENE. Lo incorporamos un hábito más, como cepillarnos los dientes o desayunar, una actividad esencial que se incorpora orgánicamente en nuestras agendas.
Confieso que siempre añoramos nuestras clases presenciales, pero en esta dinámica de teletrabajo y colegio virtual, este ha sido un gran apoyo.
No necesitamos ser expertos, certificarnos o hablar de esto en redes sociales para evolucionar en la práctica. Para eso están ellos, los guías y los maestros de esta disciplina; “We don’t have to show off. We only have to show up”.
Sin duda, ante la pandemia y sus múltiples cambios, a nivel de equipos, de dinámicas de trabajo, de necesidades de clientes, fluir ha sido la mejor decisión.
Aquí te dejo una lista de recursos.
1. 30 days of yoga with Adriene
2. Yoga con Nango
3. >OSHO Día a Día 365 meditacioness
4. La Biblia 🙂
5. FAQ Meditación Tara Brach