Entre mercadólogos y publicista hay una cierta resistencia a la expresión estrategia de comunicación, nos suena anticuada, académica, clásica. Sin embargo las estrategias de comunicación no han dejado de evolucionar y sin ellas no hay plan de marketing posible; hoy más que nunca, cuando los géneros tradicionales se fusionan y los alcances de la publicidad, el periodismo y la comunicación corporativa se discuten territorios de trabajo.
¿Pero qué es una estrategia de comunicación y por qué es importante saberlo? Toda acción de comunicación tiene un objetivo, desde lograr que alguien cierre una puerta, obtener la adhesión a un candidato político o introducir un producto o servicio novedoso en el top of mind del consumidor. Lograr cualquiera de estos objetivos, desde el más sencillo al más ambicioso, requiere definir una posición estratégica, una conceptualización, un mensaje y unas tácticas a desplegar, como mínimo.
La antropología, la filosofía, la sociología, la lógica son disciplinas que entran cuando desarrollamos una estrategia de comunicación, ya sea conciente o inconcientemente. Sin ir más lejos, Mattelart, para citar un autor de fuste en el tema, estudia el desarrollo de la comunicación junto al desarrollo económico, social y cultural de la sociedades.
Hay teorías que abordan la comunicación de masas, hay perspectivas psico-sociales, estudios culturales, abordajes de la semióticas y ciencias socio cognitivas, entre otras grandes líneas, que abordan la comunicación como la ciencia interdisciplinaria y concepto polisémico por excelencia que es.
Del modelo clásico que postulaba la comunicación como la transmisión de un mensaje entre un emisor y un receptor, valiéndonos de una señal, un canal y un código ha pasado mucho. Hoy el receptor o consumidor también produce mensajes, redefiniendo radicalmente este paradigma.
Sin embargo los pasos para montar una estrategia de comunicación no han perdido vigencia ni variado esencialmente. Los agrupo en 6 puntos, brevemente y hacia el final como apunte de acción:
1.La definición de una marco conceptual, lo que equivale a un racional en creatividad, será siempre el punto de partida. Esto equivale a describir y definir nuestro trabajo como objeto de estudio, como actores estratégicos o razón de ser en este mundo.
2.El análisis de la situación actual, el benchmark también. No comunicamos en el vacío, tenemos competidores, antecedentes, objetivos y aliados, en un cada vez más complejo, impredecible y multidireccional ecosistema de comunicación.
3.La definición de un target o público meta es cada día más relevante. Ahora también se define el journey del consumidor, su viaje a través de los punto de contacto con nuestros mensajes, que se multiplican. Dónde debo contactarlo, a qué hora, con qué mensaje.
4.Nuestro objetivo de comunicación debe estar definido desde un comienzo, porque es lo que nos proponemos alcanzar y es lo que mediremos finalmente.
5.Los canales y los tipos de mensajes, cada vez más diversificados y específicos son otro componente esencial a contemplar en toda estrategia. Estudiarlos y utilizarlos conforme a nuestros objetivos, targets, tono y tipo de mensajes es una tarea cada vez más compleja, y apasionante.
6. Medir y evaluar es la última tarea, pero para que esta medición tenga validez tendrá que ser congruente con nuestro marco conceptual, compartir sus metodologías y herramientas de análisis.
Es por estas y muchas otras razones que no caben en un post, que la estrategia de comunicación sigue siendo nuestra principal guía de trabajo.