Puede que trabajés por tu cuenta, pero tal vez no sentís que hayás creado o expresado el tipo de negocio que realmente querés.
O quizás estás trabajando en un lugar (pero soñando con ser tu propio jefe al mismo tiempo). Imaginá ser el tipo de experto que es visto como un guía, alguien que es contratado no solo por su talento, sino por sus ideas, y quien comparte no solo su trabajo, sino sus consejos y puntos de vista.
Si te estás promocionado solo como un servicio para ser contratado, entonces estás compartiendo nada más la mitad de la imagen del experto creativo que realmente sos (o querés ser).
Los emprendedores creativos raramente se detienen en la primera habilidad con la que empezaron su negocio. Entonces, ¿cuál es tu visión de negocio? Es…
No todas estas preguntas sobre tu visión van a emocionarte. Con algunas de ellas vas a sentirte más o menos bien, en el mejor de los casos, y abrumado, en el peor. Pero te apostamos que —como con todos los emprendedores creativos con los que hemos trabajado, a los que les hemos dado coaching, y con quienes hemos hablado de nuestros miedos y nuestros sueños— al menos una de estas preguntas, y su respuesta (incluso si es confusa), se sentirá como “lo que sigue” para vos.
Una visión confusa puede hacerte sentir tímido a la hora de compartir contenido, temeroso ante tus ofertas, y lento para darle forma a la marca por la que querés que te conozcan.
Entonces, hablemos de ese sentimiento confuso. Vos sabés que querés lo que sigue, pero tal vez pensás que es necesario tener tu visión (y tu contenido) completamente enfocada y claramente formada antes de que podás compartir con otra gente. Pero, generalmente, lo que compartimos mientras tanto es lo que le da forma a eso en lo que nos convertimos.
COMPARTÍ TU VISIÓN
Imaginá que han pasado cinco años.
Vos estás creando el tipo de trabajo por el que querés ser conocido, y estás trabajando solamente con tus clientes ideales. ¿Cómo suena y cómo se siente tu marca y visión de negocios?